El amor todo lo puede y todo lo soporta, esta historia es prueba de ello, mis tres hermanos y yo hemos pasado mil cosas juntos y a pesar del tiempo y la distancia nuestra relacion sigue intacta. Cuando pierdo la fé en el mundo y en las personas, pienso en cada uno de ellos y de inmediato recuerdo que vale la pena querer y confiar....



Saturday, July 31, 2010

Hoy no es un día normal (34)

Hoy traté de recordar lo que pasó después de mi encuentro con Ana, mi método siempre es el mismo, me siento frente a la computadora, cierro los ojos y dejo que mi mente viaje al pasado, en unos minutos, los recuerdos vienen a mí, recuerdos eternos, tan inmensos e inolvidables que hasta son presente. Es sencillo para mi recordar, la música y los olores me transportan de inmediato a lugares que he visitado, me recuerdan personas a las que he amado y que ya se han ido, y sin darme cuenta comienzo a escribir, a darle vida a esta historia, a colorear mis recuerdos, a darle movimiento y sonido a estas lineas.
Pero hoy no fue así, por más que traté, no pude recordar donde estaba, que hice, que sucedió los días después de ese encuentro. Estaba allí, frente a una pantalla en blanco, esperando que la lluvia de letras comenzara, pero nunca llegó, me di cuenta que mi memoria me había traicionado, y mientras pensaba en que debía y quería escribir algo, cerré mis ojos de nuevo, y lo único que vino a mi cansada mente fue el hecho de que cada día se me hace más difícil recordar, hace mucho que salí de mi querida Venezuela, hace mucho que deje todo lo que conocía y quería para iniciar una nueva vida, el camino ha sido largo y lleno de obstáculos, pero los resultados han sido provechosos, tengo una vida de bendiciones, no lo puedo negar. Sin embargo, extraño lo mío y a los míos, los siento tan cerca de mi corazón y tan lejos de mi mirada, es tanto lo que me pierdo por estar aquí, trato de ser fuerte, y la mayoría de las veces lo logro, pero hay días en los que me duele el corazón, en los que quisiera cerrar mis ojos y estar de vuelta en Caracas con mi gente, la que amo y extraño.

Hoy quisiera estar con la Negra en algún cafe de las Mercedes, o con Thanita en su casa, o con mis primos en cualquier sitio, en casa de los Moreno o de los Blanco, o con mis hermanos en Playa Grande, o simplemente en mi casa con mi mamá.
Hoy es de esos días en los que me toca confiar en Dios y creer que lo que dice su palabra es cierto, que tiene un propósito para mí, un plan específico y detallado, y que me tiene exactamente donde debo estar, le doy gracias por eso, porque sin esa certeza estaría perdida especialmente hoy.

...Y tu que me estas leyendo: Tu corazón está donde está tu cuerpo? o como el mío, hoy se fue de viaje sin avisarte? Si tu corazón te ha dejado, no estás sólo, somos muchos los que a veces vagamos por el mundo con un espacio vacío en el pecho, esperando que nuestro corazón regresé o que nuestro cuerpo se arme de valor y lo encuentre en alguna parte.
Este sábado nublado me trajo de vuelta la nostalgia de querer estar de regreso en mi tierra, de disfrutar del sol caraqueño y compartir con su gente.

Hoy no estoy aquí, pero no tampoco esto allá...

Monday, July 12, 2010

La última vez que vi a la mamá de Alberto (sin número)

Alguien me puede explicar por qué la vida es a veces tan injusta?
Me siento triste, indignada y frustrada ya hasta perdí la cuenta de las veces que he escrito...

Ayer, después de mucho tiempo vi a Ana, la mamá de Alberto, y mi corazón aún no logra reponerse de ver como esta horrible enfermedad ha ido avanzando y tomando control de su cuerpo, al mismo tiempo, Ana se resiste a darle control de su espíritu y su corazón.

Yo quiero que ustedes sepan que mi amistad con Alberto, David y Daniel no comenzó por casualidad, de hecho, somos la tercera generación de esta relación entre dos familias, a quienes llamaremos los Gómez y los, bueno los Gutiérrez (ese es mi apellido materno). Mi abuela por parte de mi mama fue durante muchos años gran amiga y vecina de la abuela de Alberto, nuestras mamás crecieron juntas, nuestras tías también, mi mamá me cuenta que jugaba con Ana y sus hermanas cuando eran pequeñas, ellas crecieron y su amistad se mantuvo, el tiempo la fortaleció.
Mi memoria está repleta de recuerdos de la familia Gómez. Cumpleaños, navidades, celebraciones de año nuevo, los Gómez son como una extensión de nuestra familia. Nos une un afecto muy profundo, y en honor a tantos años de amistad, Alberto, sus hermanos y yo nos graduamos a otro nivel, el de hermanos.

Ana, la mamá de Alberto, es de esas personas que cuando entra a algún sitio, lo llena de vida, de luz. Es una mujer fuerte, profesional, trabajadora, inteligente y dedicada a su familia, pero por sobre todas las cosas Ana es una mujer alegre, siempre con esa sonrisa contagiosa, siempre llena de energía, siempre lista para enfrentar lo que sea. Ana siempre me hace reír, lo ha hecho toda la vida, desde niños nos jugaba bromas a Alberto y a mí, decía que pasábamos tanto tiempo juntos que seguro terminaríamos siendo novios, cosa que ha sido, es y seguirá siendo imposible porque nuestro amor no es de ese tipo, yo soy la hermana que el no tiene y el es el hermano que yo no tengo, sólo la idea de que pase algo más entre nosotros, nos revuelve el estomago a los dos.

Pero ayer me encontré con una Ana diferente, su espíritu sigue intacto, pero esta vez, atrapado en un cuerpo cansado, es difícil reconocerla, pero aún más difícil es contener las lagrimas que me sobrevienen al verla por primera vez, estoy llena de tristeza, y me cuesta trabajo entender porque está pasando esto, no puedo ni siquiera imaginarme como se siente toda la familia de Ana, en especial mis hermanos y las hermanas de ella. Me senté a su lado, me felicitó por haberme graduado de la Universidad, me sonrió, hablamos un poco de Playa Grande - ella adora ese pueblo, sus ojos adquieren un brillo especial cuando lo menciona, Ana no se levanta de donde está, me toma de la mano y me sonríe de nuevo, yo no estaba preparada para lo que iba a pasar después, tomando mi mano, me dio las gracias por el apoyo que le he dado a sus hijos, y luego me dijo unas palabras que quedaran para siempre grabadas en mi memoria, y que de sólo recordarlas, comienzo a llorar sin hallar consuelo. Me dijo: "Te pido por favor que no los dejes solos, ellos te quieren y te necesitan, en especial Alberto". Con la voz entrecortada y fingiendo ser fuerte le contesté: "Jamás lo voy a dejar solos, te lo prometo Ana". Nos dimos un abrazo fuerte como sello de esa promesa y como si ambas supiéramos que sería la última vez que nos veríamos.
No puedo dejar de pensar en la familia de Ana, en el futuro que les espera, en el dolor que aunque ya está presente va a alcanzar niveles inimaginables, su madre, sus hermanas y hermanos, sobrinas, sobrinos, tantas personas que sufrirán o mejor dicho, sufriremos por su partida. Ana es una mujer querida y respetada por todos, quedará para siempre en el corazón de todos aquellos que hemos tenido el privilegio de disfrutar de su compañía, y en mi mente quedarán su sonrisa y esa promesa que le hice y que espero poder cumplir.
No he podido parar de llorar mientras escribo estas lineas, son lagrimas de dolor por el sufrimiento de aquellos a quienes quiero, de frustración al no poder entender por qué pasan estas cosas, pero sobre todo de impotencia, porque es muy poco lo que yo puedo hacer.
Sin embargo, sigo aquí, consiente de que no tengo respuestas ni soluciones para los problemas de nadie, ni siquiera para los míos, reconociendo que tengo muchas faltas y errores, que a veces me encuentro perdida y caminando sin rumbo, pero tratando, tratando con el corazón de salir adelante y darle una mano a aquellos a quienes quiero. Tratando de quererlos cada día más. Sigo viviendo.






Saturday, July 3, 2010

Mis amigas y yo (33)


Estos últimos meses han sido increibles, mis amigas y yo nos hemos vuelto inseparables, hemos pasado muchas cosas juntas en muy poco tiempo, hace poco ellas regresaron de un viaje con sus amigos de la Universidad y yo de pasar una semana en Playa Grande con mis hermanos, pasamos unos días maravillosos, pero parte de mi, estaba desesperada por regresar a Caracas, por inventar muchas más aventuras, por seguir comiéndonos al mundo.

Aqui estamos la Negra, Thania y yo...en algún sitio de tantos que hemos visitado...


En algunos años veremos esta foto de nuevo, y estoy segura que la reacción de las tres será la misma. Decir con una sonrisa que muestra algo de nostalgia: Eramos felices y no lo sabíamos. Lo teníamos todo y no nos dimos cuenta.

El apoyo que día a día nos mostramos sobrepasa las expectativas de la persona más perfeccionista del mundo, no somos exigentes pero esperamos sinceridad y afecto de cada una, somos un grupo fuerte y solido.

Hace un par de días estábamos todas reunidas en mi casa, las 4 en mi cuarto sin mucho que hacer, Gaby estaba jugando solitario, Thanita estaba leyendo una revista, La Negra y yo estamos sentadas en la cama haciendo planes como siempre, y por un segundo el tiempo se detuvo. Todas nos miramos y sonreímos, creo que nos dimos cuenta de que habíamos creado un espacio seguro para todas, podemos contarnos todo y confiar la una en la otra. No necesitamos mucho dinero para pasarla bien, jamas dejamos que nada nos limite. Fue un momento que permanecerá en mi memoria para siempre.

Si una de estas tardes ustedes están paseando por la ciudad de Caracas y quieren conocer a mis amigas, es muy fácil encontrarnos, por lo general estamos o para ser mas exacta, empezamos nuestras aventuras diarias en un sitio al que hemos bautizado "El Point". Es nuestro punto de encuentro, queda en una de las tantas esquinas de la Urbanización las Mercedes, no es nada lujoso, de hecho sólo hay una pequeña banca de concreto que es lo suficientemente grande para sentarnos las 4.

Esa banca ha sido testigo de todas nuestras historias, allí hemos reído y llorado muchas veces, pero lo que más hacemos en el point, sin lugar a dudas es soñar, imaginar nuestras vidas en el futuro, hacer miles de planes, muchos de ellos los hacemos realidad otros se desvanecen en ese mismo lugar. El futuro no está en nuestras manos, el presente es efímero. Así que por ahora, continuamos viviendo esta aventura, nuestras madres ya no saben que hacer con nosotras, pasamos más tiempo en la calle que en la casa, salimos de noche y dormimos de día, vivimos sin límites, tomamos riesgos, no tenemos miedo, nada nos detiene.

Yo sé que tarde o temprano nos vamos a agotar de vivir cada día como si fuera el último de nuestras vidas, que en con el paso del tiempo nos veremos obligadas a tomar responsabilidades, a crecer y a madurar, pero por ahora, por estos meses o el tiempo que sea que tengamos, estamos decididas a vivir al máximo.

Y no puedo evitar preguntarme desde lo más profundo de mi ser: Cómo les digo a mis 3 amigas del alma que he tomado la decisión de dejarlo todo e irme a vivir a Estados Unidos? Que dentro de algunos meses ya no estaré con ellas?

No tengo ni idea de como decirlo.