No sé si les he contado, pero mi mamá desde hace ya varios años asiste a una Iglesia Cristiana, al igual que mi hermana, mi tía y muchos otros miembros de mi familia. Yo siempre he hecho lo posible por respetar su sistema de creencias aunque no lo comparta para nada.
Yo por mi parte, crecí con una gran influencia católica, y sobre todo después de haber estudiado en un colegio dirigido por monjas que parecían haber recibido su entrenamiento con el mismo Hitler, sin embargo a los 15 años comencé a cuestionar muchas cosas y a no encontrar respuestas, en clases de Educación de la Fe, leíamos la Biblia constantemente, y yo hacia preguntas, que a mi parecer eran validas...donde aparece la confesión al sacerdote en la biblia? Donde hablan de la penitencia? Por qué el Vaticano siendo un símbolo de riqueza universal no se dedica a ayudar a los pobres? La Virgen María es una sola? por qué entonces le dan tantos nombres? nunca obtuve una respuesta valida y pasé la mayor parte de mis años de colegio, sentada en detención. Pero no todo fue malo, aprendí mucho en el colegio y la disciplina de las hermanas era sin duda alguna lo que esta adolescente descarriada necesitaba. Pero hubo un momento en mi vida en el que me tocó tomar una decisión contundente, estaba en el penúltimo año de Secundaria y debíamos comenzar a tomar una clase extra para prepararnos para La Confirmación; el Padre, junto con varias hermanas, nos explicaron el significado de ese "sacramento", y con el perdón de mis amigos católicos, yo no le encontré ningún sentido a eso, yo no quería "confirmar" mi fe católica porque no la tenía, así que me fui a mi casa ese día y le expliqué a mi mamá mi posición, ella la respetó, aunque tuvo que reunirse con la Directora del Colegio para explicarle una excentricidad más de su hija. Lo cual le agradeceré siempre.
Así que ese fue el fin del catolicismo para mí, al año siguiente terminé el colegio y entré a la Universidad, donde de inmediato encontré una forma de expresar mis creencias o la falta de ellas. Me convertí en agnóstica, etimológicamente, esta palabra viene del griego, A= sin y Gnosis=conocimiento, es decir, sin conocimiento, es la diferencia entre creer y saber, y para no entrar en un discurso muy profundo, se puede resumir así, yo no puedo saber si Dios existe o no, y tu tampoco.
Viví con esa etiqueta durante varios años, era segura, cómoda y no requería ningún esfuerzo de mi parte, al mismo tiempo me permitía vivir mi vida de la forma que yo escogiera.
Pero todo esto se fue al piso, un día en el que mi mamá me invitó a que asistiera a la Iglesia con ella, lo había hecho muchas veces pero yo siempre encontraba una excusa para no hacerlo, finalmente por razones que desconozco, accedí, me levanté temprano el domingo, y fui con ella.
Quiero prepararlos para lo que voy a contar a continuación, no estoy tratando de venderles nada, quiero que eso les quede claro, pero es algo que me ha impactado tanto que sería un crimen no compartirlo. Desde el momento en el que puse mis pies en la Iglesia, se me hizo un nudo en la garganta que no podía explicar, yo no estaba triste ni desesperada, pero mi estado de animo cambio radicalmente de un momento a otro, comenzó la música, un grupo de gente muy talentosa dedicada a cantarle a Dios, un concepto totalmente nuevo para mí. Desde la primera canción comencé a llorar sin control alguno, no sabia que hacer, me moría de la pena, trataba de pensar, de racionalizar, y no podía ni moverme, entre una canción y otra, el líder del grupo dijo: Dios te trajo aquí esta mañana, te levantó de tu cama y te trajo, te está llamando, llego la hora, ya no te puedes esconder más, deja tus cargas aquí que EL, las llevará por ti.
Yo no paraba de llorar, pero a nadie parecía importarle, todos estaban sumidos en esa experiencia de amor indescriptible. Yo sentí culpa por la forma en la que había vivido mi vida hasta ese día, y al mismo tiempo, comencé a sentir el amor de Dios, no puedo explicarlo, no puedo probarlo, no hay ciencia que pueda, ni sabio que entienda, sólo puedo decirles, que desde ese momento mi vida no ha vuelto a ser la misma. Algo en mi cambió, no se que vaya a ser de mi de ahora en adelante, el futuro es incierto, pero lo que no puedo negar, es que ese día, esa mañana, en esa Iglesia, con esas canciones. Jesús, el hijo de Dios, me encontró.
Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí
Juan 14:6