Ultimamente parece que no me alcanzan los días, desde que comencé a trabajar todo ha cambiado, hace mucho que no escribo, y hace mucho que no leo, a veces me siento culpable por los cuatro libros que abandoné despues de tan solo unos cuantos capítulos. Hay tanto por saber, por conocer, hay tantas historias que contar, tanto que recordar, tanto que compartir, pero la verdad, es que el tiempo no me alcanza. O al menos eso pensé hasta hoy.
Los días transcurren en una constante carrera, una competencia sin oponentes, tratanto de hacer todo lo que debo (según quien, no lo sé) hacer, ser la madre perfecta, la esposa perfecta, la hermana perfecta, la amiga perfecta, la hija perfecta, etc. Y a los pocos segundos de haber comenzado esta carrera, me doy cuenta que la perdí hace mucho, que la perfección solo le pertenece a Dios y que mi trabajo es hacer mi mayor esfuerzo y disfrutar de esta vida, la única que tengo, la que El me ha dado.
Este fin de semana se fue en un abrir y cerrar de ojos, pero gratamente puedo decir que tuve tiempo de compartir con mi familia, con amigos y sobre todo con Dios, tuve tiempo de limpiar mi casa, hacer el laundry, cocinar y preparar a la familia entera para el comienzo de una nueva semana.
Tuve tiempo de besar a mi esposo a quien tanto amo y de admirar la sonrisa de mi hijo (es una de mis actividades favoritas) no me canso de hacerlo.
Cuando estoy haciendo aquello que me hace feliz, el tiempo se detiene, cuando pienso en aquellos a quienes amo y extrano, el tiempo se detiene, es como si Dios y la vida me dieran la oportunidad de viajar en el tiempo y en el espacio a los lugares y momentos en los que he sido mas feliz, cuando vuelvo a la realidad, no puedo parar de sonreir y de dar gracias por las multiples bendiciones derramadas sobre mi vida, tengo todo para ser feliz.
Por eso ya no quiero ser esclava del tiempo, quiero disfutar plenamente de cada dia en el que tengo el inmenso privilegio de abrir los ojos y respirar, quiero vivir.
Y cuando siento que las horas y los días no me alcanzan, que hay mas ropa por lavar y doblar, viajes al supermercado por hacer, que debo desenpolvar los libros que no he leído, abrir la computadora y comenzar a escribr, que debo llamar a mis amigos y a mi familia más seguido, que debo responder a mis emails con mayor disciplina, me digo a mi misma, no te preocupes Mary Anna, tienes tiempo de sobra.