El amor todo lo puede y todo lo soporta, esta historia es prueba de ello, mis tres hermanos y yo hemos pasado mil cosas juntos y a pesar del tiempo y la distancia nuestra relacion sigue intacta. Cuando pierdo la fé en el mundo y en las personas, pienso en cada uno de ellos y de inmediato recuerdo que vale la pena querer y confiar....



Tuesday, August 31, 2010

Casi se me acaba la Fe (36)

Han pasado 4 años desde que Soraya nos dejó, pero su música sigue sonando en las paredes de mi mente y de mi corazón, nos quedan sus letras y su mensaje inspirador. Esta mañana tuve uno de esos momentos en los que casi se me que acaba la Fe y casi se me escapa el amor, entonces, escuché esta canción, respiré profundo y seguí adelante...La comparto con ustedes, espero la disfruten tanto como yo...




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Friday, August 27, 2010

La noche en que todo cambió (36)

Aún recuerdo la noche en la que la situación de Ana empeoró, quisiera poder decir que antes de enterarme de la terrible noticia, la noche era normal, tranquila y que tan grave situación vino a romper el equilibrio y el balance que mi vida tenía en ese momento. Pero estaría mintiendo si digo tal cosa; para ser franca, porque de eso se trata esto, de ser franca. Yo estaba pasando por una de las peores situaciones a las que me he tenido que enfrentar en mi vida, no podría jamás tratar de describir como me sentía, y ni siquiera lo voy a intentar, pero para efectos de esta historia es importante que sepan que mi vida ya era una desastre masivo.
Había sido un día largo, tratando de poner en orden mi vida, con la ayuda y la compañía de mis eternas aliadas, La Negra, Thania, Gaby, Nathalie y mi primas Marlen y Malex, mucho después se unieron a ellas mi madre y mi hermana, y al cabo de algunos meses salí de tan dificultuoso transe. Esa noche llegué a mi casa, extenuada, con el peso inmenso de una carga que sólo yo podía llevar, me fui a dormir esperando despertarme y darme cuenta de que todo había sido una pesadilla y que ya había terminado. Pero no fue así, lo que me hizo abrir los ojos fue el sonido estruendoso del teléfono en medio de una noche callada y llena de soledad, a eso de las 3 de la mañana Alberto me comunicó que la salud de su mamá había empeorado repentinamente y la tenían que trasladar a un Hospital en Caracas, su voz entrecortada y débil me dejaba entrever que el sabía que ella no saldría con vida de ese Hospital. No dije mucho, no había mucho que decir, desperté a mi mamá y le conté, en medio del silencio pero seguras de estar siendo escuchadas esa noche elevamos una oración al cielo por Ana, por sus hijos y por el resto de su familia, yo no sabía si pedir un milagro o una cura para esa enfermedad, no sabía si creer en la justicia divina o en la mala suerte, mi madre en su profunda sabiduría, oró para que se hiciera la voluntad perfecta de Dios y para que Su paz, esa paz que sobrepasa todo entendimiento humano y racional, se esparciera sobre todos aquellos que ese momento sufrían y se verían afectados esa noche. Confiando en que había hecho lo único que estaba en mis manos y en mi limitada capacidad, volví a la cama.

A las 6 de la mañana, el silencio se rompió una vez más, esta vez era la presencia de Alberto quien irrumpía en mi casa, su mamá había fallecido. Ese momento que tanto temíamos pero que sabíamos era inevitable había llegado, ese día comprendí que nada te prepara para la muerte, todo fue tan rápido y en este momento tan nublado en mi mente, que me es difícil recordar cada detalle. Era una madrugada fría, como suelen serlo a principios de año en Caracas. Alberto tenía una calma desconcertante, sus ojos se veían más oscuros que de costumbre y su piel morena brillaba con la poca luz que la luna brindaba, era una noche tan hermosa como triste. La mirada de Alberto reflejaba que aún no entendía lo que estaba pasando, le di un sweater para que se abrigara, no había tiempo de hablar, de consolarlo, tenía mucho que hacer, mucho que resolver, muchas cosas que poner en su sitio, a partir de ese momento se convertía en la cabeza de familia, a partir de ese momento todo cambiaba.

Seis horas más tarde, estabamos en sentados en una funeraria, un lugar seco y como sacado de una película antigua, la tristeza se respiraba en el ambiente, era como una niebla espesa atravesando los pasillos de aquel sitio, flores por todas partes, y el olor fuerte del café que trataba de calentar el alma de todos en aquella noche fría y despejada, la gente al igual que las flores no paraban de llegar, todos con el mismo propósito, despedir y honrar a una mujer querida y apreciada enormemente. La Negra me llevó, y me iba a recoger, estuve hasta muy tarde acompañando a mi hermano, a mis tres hermanos, sin tener mucho que decir con palabras, pero sabiendo que el estar a su lado, tomarlo de la mano, mostrarle mi profundo amor, de alguna forma, por pequeña que fuese, aliviaba al menos por un segundo el dolor profundo de su corazón.

Esa noche tuve que poner de lado mi dolor, mis propias emociones, aquella situación que me atormentaba y que no podía compartir ni siquiera con Alberto, esa noche no se trataba de mí, se trataba de ellos, de su dolor, de su agonía, de su pérdida irreparable.

No importa cuanto trate, mis habilidades como escritora jamás me permitirían expresar con palabras como esa familia se vio afectada por este trágico evento, como ha partir de ese momento, nada volvió a ser igual, como el futuro de muchos cambió en tan solo un instante.
Pero el propósito de esta historia no es ese, no es darles detalles mórbidos sobre la muerte de un ser querido, al contrario, mi intención es que ustedes de algún modo sientan que no están solos en sus luchas, en sus dificultades, que cualquier situación por dura o difícil que sea, tiene salida, y que el tiempo y el amor sanan las heridas. Alberto y sus hermanos extrañan a sus padres, los recuerdan con amor y quisieran poder estar aún con ellos, pero sus vidas han continuado, hoy en día son tres hombres maravillosos, llenos de sueños y de esperanza. Siempre con una sonrisa y amor para dar.

Han pasado once años desde aquella noche fría en la que el destino de muchos se volvió a escribir. La noche en la que Ana nos dejó, cuando la oscuridad era tan profunda y penetrante que atemorizaba al más valiente. A pesar de tanta tristeza y dolor seguimos unidos, tomados de la mano, queriéndonos y apoyándonos. Al final eso es lo que importa, como tratemos a los que siguen aquí.

Thursday, August 26, 2010

La gente que me gusta (30 y algo)


El maestro Mario Benedetti expresa como nadie la gente que me gusta...


Primero que todo: Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace...

Me gusta la gente con capacidad para medir las consecuencias de sus acciones, la gente que no deja las soluciones al azar.

Me gusta la gente justa con su gente y consigo misma, pero que no pierda de vista que somos humanos y nos podemos equivocar.

Me gusta la gente que piensa que el trabajo en equipo entre amigos produce más que los caóticos esfuerzos individuales.

Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría.

Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos serenos y razonables a las decisiones de un jefe.

Me gusta la gente de criterio, la que no traga entero, la que no se avergüenza de reconocer que no sabe algo o que se equivocó.

Me gusta la gente que, al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.

Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, a éstos les llamo mis amigos.

Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando
de alcanzar objetivos e ideas se trata.

Me gusta la gente que trabaja por resultados.


Con gente como ésa, me comprometo a lo que sea, ya que con haber tenido esa gente a mi lado me doy por bien retribuido.

Mario Benedetti

Saturday, July 31, 2010

Hoy no es un día normal (34)

Hoy traté de recordar lo que pasó después de mi encuentro con Ana, mi método siempre es el mismo, me siento frente a la computadora, cierro los ojos y dejo que mi mente viaje al pasado, en unos minutos, los recuerdos vienen a mí, recuerdos eternos, tan inmensos e inolvidables que hasta son presente. Es sencillo para mi recordar, la música y los olores me transportan de inmediato a lugares que he visitado, me recuerdan personas a las que he amado y que ya se han ido, y sin darme cuenta comienzo a escribir, a darle vida a esta historia, a colorear mis recuerdos, a darle movimiento y sonido a estas lineas.
Pero hoy no fue así, por más que traté, no pude recordar donde estaba, que hice, que sucedió los días después de ese encuentro. Estaba allí, frente a una pantalla en blanco, esperando que la lluvia de letras comenzara, pero nunca llegó, me di cuenta que mi memoria me había traicionado, y mientras pensaba en que debía y quería escribir algo, cerré mis ojos de nuevo, y lo único que vino a mi cansada mente fue el hecho de que cada día se me hace más difícil recordar, hace mucho que salí de mi querida Venezuela, hace mucho que deje todo lo que conocía y quería para iniciar una nueva vida, el camino ha sido largo y lleno de obstáculos, pero los resultados han sido provechosos, tengo una vida de bendiciones, no lo puedo negar. Sin embargo, extraño lo mío y a los míos, los siento tan cerca de mi corazón y tan lejos de mi mirada, es tanto lo que me pierdo por estar aquí, trato de ser fuerte, y la mayoría de las veces lo logro, pero hay días en los que me duele el corazón, en los que quisiera cerrar mis ojos y estar de vuelta en Caracas con mi gente, la que amo y extraño.

Hoy quisiera estar con la Negra en algún cafe de las Mercedes, o con Thanita en su casa, o con mis primos en cualquier sitio, en casa de los Moreno o de los Blanco, o con mis hermanos en Playa Grande, o simplemente en mi casa con mi mamá.
Hoy es de esos días en los que me toca confiar en Dios y creer que lo que dice su palabra es cierto, que tiene un propósito para mí, un plan específico y detallado, y que me tiene exactamente donde debo estar, le doy gracias por eso, porque sin esa certeza estaría perdida especialmente hoy.

...Y tu que me estas leyendo: Tu corazón está donde está tu cuerpo? o como el mío, hoy se fue de viaje sin avisarte? Si tu corazón te ha dejado, no estás sólo, somos muchos los que a veces vagamos por el mundo con un espacio vacío en el pecho, esperando que nuestro corazón regresé o que nuestro cuerpo se arme de valor y lo encuentre en alguna parte.
Este sábado nublado me trajo de vuelta la nostalgia de querer estar de regreso en mi tierra, de disfrutar del sol caraqueño y compartir con su gente.

Hoy no estoy aquí, pero no tampoco esto allá...

Monday, July 12, 2010

La última vez que vi a la mamá de Alberto (sin número)

Alguien me puede explicar por qué la vida es a veces tan injusta?
Me siento triste, indignada y frustrada ya hasta perdí la cuenta de las veces que he escrito...

Ayer, después de mucho tiempo vi a Ana, la mamá de Alberto, y mi corazón aún no logra reponerse de ver como esta horrible enfermedad ha ido avanzando y tomando control de su cuerpo, al mismo tiempo, Ana se resiste a darle control de su espíritu y su corazón.

Yo quiero que ustedes sepan que mi amistad con Alberto, David y Daniel no comenzó por casualidad, de hecho, somos la tercera generación de esta relación entre dos familias, a quienes llamaremos los Gómez y los, bueno los Gutiérrez (ese es mi apellido materno). Mi abuela por parte de mi mama fue durante muchos años gran amiga y vecina de la abuela de Alberto, nuestras mamás crecieron juntas, nuestras tías también, mi mamá me cuenta que jugaba con Ana y sus hermanas cuando eran pequeñas, ellas crecieron y su amistad se mantuvo, el tiempo la fortaleció.
Mi memoria está repleta de recuerdos de la familia Gómez. Cumpleaños, navidades, celebraciones de año nuevo, los Gómez son como una extensión de nuestra familia. Nos une un afecto muy profundo, y en honor a tantos años de amistad, Alberto, sus hermanos y yo nos graduamos a otro nivel, el de hermanos.

Ana, la mamá de Alberto, es de esas personas que cuando entra a algún sitio, lo llena de vida, de luz. Es una mujer fuerte, profesional, trabajadora, inteligente y dedicada a su familia, pero por sobre todas las cosas Ana es una mujer alegre, siempre con esa sonrisa contagiosa, siempre llena de energía, siempre lista para enfrentar lo que sea. Ana siempre me hace reír, lo ha hecho toda la vida, desde niños nos jugaba bromas a Alberto y a mí, decía que pasábamos tanto tiempo juntos que seguro terminaríamos siendo novios, cosa que ha sido, es y seguirá siendo imposible porque nuestro amor no es de ese tipo, yo soy la hermana que el no tiene y el es el hermano que yo no tengo, sólo la idea de que pase algo más entre nosotros, nos revuelve el estomago a los dos.

Pero ayer me encontré con una Ana diferente, su espíritu sigue intacto, pero esta vez, atrapado en un cuerpo cansado, es difícil reconocerla, pero aún más difícil es contener las lagrimas que me sobrevienen al verla por primera vez, estoy llena de tristeza, y me cuesta trabajo entender porque está pasando esto, no puedo ni siquiera imaginarme como se siente toda la familia de Ana, en especial mis hermanos y las hermanas de ella. Me senté a su lado, me felicitó por haberme graduado de la Universidad, me sonrió, hablamos un poco de Playa Grande - ella adora ese pueblo, sus ojos adquieren un brillo especial cuando lo menciona, Ana no se levanta de donde está, me toma de la mano y me sonríe de nuevo, yo no estaba preparada para lo que iba a pasar después, tomando mi mano, me dio las gracias por el apoyo que le he dado a sus hijos, y luego me dijo unas palabras que quedaran para siempre grabadas en mi memoria, y que de sólo recordarlas, comienzo a llorar sin hallar consuelo. Me dijo: "Te pido por favor que no los dejes solos, ellos te quieren y te necesitan, en especial Alberto". Con la voz entrecortada y fingiendo ser fuerte le contesté: "Jamás lo voy a dejar solos, te lo prometo Ana". Nos dimos un abrazo fuerte como sello de esa promesa y como si ambas supiéramos que sería la última vez que nos veríamos.
No puedo dejar de pensar en la familia de Ana, en el futuro que les espera, en el dolor que aunque ya está presente va a alcanzar niveles inimaginables, su madre, sus hermanas y hermanos, sobrinas, sobrinos, tantas personas que sufrirán o mejor dicho, sufriremos por su partida. Ana es una mujer querida y respetada por todos, quedará para siempre en el corazón de todos aquellos que hemos tenido el privilegio de disfrutar de su compañía, y en mi mente quedarán su sonrisa y esa promesa que le hice y que espero poder cumplir.
No he podido parar de llorar mientras escribo estas lineas, son lagrimas de dolor por el sufrimiento de aquellos a quienes quiero, de frustración al no poder entender por qué pasan estas cosas, pero sobre todo de impotencia, porque es muy poco lo que yo puedo hacer.
Sin embargo, sigo aquí, consiente de que no tengo respuestas ni soluciones para los problemas de nadie, ni siquiera para los míos, reconociendo que tengo muchas faltas y errores, que a veces me encuentro perdida y caminando sin rumbo, pero tratando, tratando con el corazón de salir adelante y darle una mano a aquellos a quienes quiero. Tratando de quererlos cada día más. Sigo viviendo.






Saturday, July 3, 2010

Mis amigas y yo (33)


Estos últimos meses han sido increibles, mis amigas y yo nos hemos vuelto inseparables, hemos pasado muchas cosas juntas en muy poco tiempo, hace poco ellas regresaron de un viaje con sus amigos de la Universidad y yo de pasar una semana en Playa Grande con mis hermanos, pasamos unos días maravillosos, pero parte de mi, estaba desesperada por regresar a Caracas, por inventar muchas más aventuras, por seguir comiéndonos al mundo.

Aqui estamos la Negra, Thania y yo...en algún sitio de tantos que hemos visitado...


En algunos años veremos esta foto de nuevo, y estoy segura que la reacción de las tres será la misma. Decir con una sonrisa que muestra algo de nostalgia: Eramos felices y no lo sabíamos. Lo teníamos todo y no nos dimos cuenta.

El apoyo que día a día nos mostramos sobrepasa las expectativas de la persona más perfeccionista del mundo, no somos exigentes pero esperamos sinceridad y afecto de cada una, somos un grupo fuerte y solido.

Hace un par de días estábamos todas reunidas en mi casa, las 4 en mi cuarto sin mucho que hacer, Gaby estaba jugando solitario, Thanita estaba leyendo una revista, La Negra y yo estamos sentadas en la cama haciendo planes como siempre, y por un segundo el tiempo se detuvo. Todas nos miramos y sonreímos, creo que nos dimos cuenta de que habíamos creado un espacio seguro para todas, podemos contarnos todo y confiar la una en la otra. No necesitamos mucho dinero para pasarla bien, jamas dejamos que nada nos limite. Fue un momento que permanecerá en mi memoria para siempre.

Si una de estas tardes ustedes están paseando por la ciudad de Caracas y quieren conocer a mis amigas, es muy fácil encontrarnos, por lo general estamos o para ser mas exacta, empezamos nuestras aventuras diarias en un sitio al que hemos bautizado "El Point". Es nuestro punto de encuentro, queda en una de las tantas esquinas de la Urbanización las Mercedes, no es nada lujoso, de hecho sólo hay una pequeña banca de concreto que es lo suficientemente grande para sentarnos las 4.

Esa banca ha sido testigo de todas nuestras historias, allí hemos reído y llorado muchas veces, pero lo que más hacemos en el point, sin lugar a dudas es soñar, imaginar nuestras vidas en el futuro, hacer miles de planes, muchos de ellos los hacemos realidad otros se desvanecen en ese mismo lugar. El futuro no está en nuestras manos, el presente es efímero. Así que por ahora, continuamos viviendo esta aventura, nuestras madres ya no saben que hacer con nosotras, pasamos más tiempo en la calle que en la casa, salimos de noche y dormimos de día, vivimos sin límites, tomamos riesgos, no tenemos miedo, nada nos detiene.

Yo sé que tarde o temprano nos vamos a agotar de vivir cada día como si fuera el último de nuestras vidas, que en con el paso del tiempo nos veremos obligadas a tomar responsabilidades, a crecer y a madurar, pero por ahora, por estos meses o el tiempo que sea que tengamos, estamos decididas a vivir al máximo.

Y no puedo evitar preguntarme desde lo más profundo de mi ser: Cómo les digo a mis 3 amigas del alma que he tomado la decisión de dejarlo todo e irme a vivir a Estados Unidos? Que dentro de algunos meses ya no estaré con ellas?

No tengo ni idea de como decirlo.

Wednesday, June 30, 2010

El día en que me desperté (33)


Acabo de darme cuenta de que no escribía en el blog desde el día 9 de Junio. Así que primero que nada, les pido mil disculpas, estas últimas dos semanas han sido de las más duras de mi vida, he tenido que enfrentarme a fantasmas del pasado, y comenzar el proceso de dejarlos ir, sacarlos de mi vida para siempre, no ha sido fácil, y aún me queda mucho camino por recorrer. Al mismo tiempo, estas semanas me han enseñado el valor de la amistad, de la familia y sobretodo del amor. He recibido mucho apoyo de aquellos que me quieren, de la misma forma que he visto partir a muchos otros que sólo estaban en mi vida circunstancialmente. Esta aventura apenas comienza, el trabajo es intenso pero la recompensa es mucho mayor. Mi meta final es lograr la libertad plena.

Muchos de ustedes se preguntarán que es lo que está pasando, la verdad, es que no es algo que quiera discutir públicamente, pero donde quiera que se encuentren, tengan en cuenta, que los tengo presente, que no me he ido, que sólo me tomé un pequeño descanso, pero que estoy de vuelta, más fuerte que antes, más dispuesta que antes, con más ganas, lista para afrontar todos los retos que se me presenten. Pero sobretodo, lista para seguir compartiendo con ustedes mi historia, para que la vivan conmigo, para que la sientan conmigo...

Amigos, aquí estoy, sigo entre lineas y arena.





Mary Anna